La guía que convierte la intuición en datos reales
La mayoría de las personas cree que una casa “se siente bien” cuando es luminosa, bonita o está bien aislada. Pero la realidad es mucho más compleja: la salud de un hogar se puede medir con datos, ciencia y criterios objetivos, igual que medimos la calidad del agua o del aire en una ciudad.
En Behome trabajamos con estándares que permiten evaluar de forma rigurosa qué tan saludable es un espacio. Y, aunque casi nadie lo explique, un hogar puede favorecer tu bienestar… o deteriorarlo silenciosamente.
A continuación encontrarás las métricas más importantes para conocer la salud real de una vivienda y cómo influyen en tu cuerpo, tu energía y tu calidad de vida.
1. Calidad del aire interior: la variable que más afecta a tu salud
Pasamos más del 80% del tiempo en interiores, y sin embargo el aire dentro de muchas casas es entre 2 y 5 veces más contaminado que el exterior.
Los factores que medimos:
- CO₂ → indica si respiras aire renovado o aire “viciado”.
- COVs (compuestos orgánicos volátiles) → emitidos por pinturas, muebles y materiales tóxicos.
- Partículas PM2.5 y PM10 → polvo fino, humo, microorganismos.
- Humedad relativa → clave para prevenir moho, alergias y problemas respiratorios.
Un hogar saludable mantiene estos valores estables y dentro de rangos óptimos gracias a ventilación mecánica de doble flujo, materiales naturales y una envolvente bien diseñada.
2. Temperatura estable: el confort invisible que tu cuerpo nota
El cuerpo humano se siente mejor cuando la temperatura interior no oscila.
Lo que medimos:
- Diferencia térmica entre estancias
- Picos diarios de calor o frío
- Fluctuaciones por orientación de la vivienda
- Pérdidas por puentes térmicos
En una casa pasiva o bioclimática bien diseñada, la temperatura se mantiene estable con un uso mínimo de energía. Esto reduce estrés térmico y fatiga corporal.
Un hogar saludable no “combate” el clima: dialoga con él.
3. Humedad controlada: donde empieza la prevención en salud
La humedad es una de las variables más ignoradas… y una de las más peligrosas.
Rangos saludables: entre 40% y 60%.
Por debajo → resequedad, irritación, mucosas sensibles.
Por encima → moho, ácaros, hongos, alergias, dolores de cabeza.
Se evalúa mediante:
- Hermeticidad real (test Blower Door)
- Riesgo de condensación en la envolvente
- Ventilación controlada
- Materiales que permiten regular humedad de forma natural (madera, paja, arcilla)
4. Iluminación natural: la ciencia del ritmo vital
No toda luz es igual. Lo que medimos:
- Horas de luz útil
- Factor de luz diurna
- Impacto en ritmos circadianos
- Glare (deslumbramiento)
- Relación entre luz y sobrecalentamiento
Un hogar saludable no solo es luminoso: ofrece luz bien distribuida, sin deslumbrar y sin calentar en exceso, algo que las ventanas certificadas PassivHaus consiguen con precisión.
5. Acústica: el silencio que regenera
El ruido es uno de los factores que más afecta al sueño y al sistema nervioso.
Medimos:
- Aislamiento exterior (tráfico, vecinos)
- Aislamiento interior (entre estancias)
- Reverberación (eco dentro de la casa)
- Vibraciones estructurales
Una casa saludable crea un silencio profundo y constante, casi imposible de lograr sin un diseño consciente de la envolvente.
6. Materiales: lo que tu casa libera al aire
El 90% de los materiales convencionales liberan sustancias tóxicas durante años.
Medimos:
- Presencia de COVs en pinturas, suelos y mobiliario
- Contenido de formaldehído
- Emisiones de plásticos, resinas y espumas
- Reacción de los materiales ante humedad y temperatura
En Behome utilizamos materiales vivos como madera y paja, que además de aislar, mejoran activamente la calidad del aire.
7. Energía: eficiencia que se traduce en salud
Una casa eficiente no es solo barata de mantener:
Es un espacio donde tu cuerpo no sufre por cambios bruscos de temperatura, humedad o ruido.
Medimos:
- Demanda energética real
- Consumo en climatización
- Comportamiento pasivo de la vivienda
- Integración de energías renovables
La eficiencia es salud, confort y sostenibilidad al mismo tiempo.
8. Integración con el entorno: la salud empieza en el terreno
Antes de diseñar una casa saludable hay que analizar:
- Calidad del aire exterior
- Orientación solar óptima
- Vientos predominantes
- Geobiología y toxicidad del suelo
- Vegetación cercana
- Factores de contaminación acústica y luminosa
Una vivienda que se adapta al lugar respira mejor, gasta menos y te cuida más.
La conclusión que nadie te dice
La salud de un hogar se puede medir.
Pero solo se puede mejorar si se diseña desde el inicio con esa intención.
La mayoría de casas se construyen para cumplir normativa.
Muy pocas se diseñan para proteger activamente tu bienestar.
En Behome cada decisión —cada capa, cada ventana, cada sistema— tiene ese propósito:
crear un hogar que te cuide por dentro y por fuera, durante toda la vida.


