¿Alguna vez has sentido una corriente de aire en casa teniendo todas las ventanas cerradas? ¿O has notado que, por mucho que subas la calefacción, siempre tienes los pies fríos o hay una habitación que nunca se calienta del todo?
No son fantasmas. Es física.
El culpable tiene nombre y apellido: puentes térmicos. En Behome nos obsesiona eliminarlos, no solo por eficiencia energética, sino porque son los principales enemigos de tu confort diario.
Hoy te explicamos, sin tecnicismos complejos, por qué tu casa pierde energía y cómo construimos para que puedas olvidarte del clima exterior para siempre.
El misterio de la corriente de aire «fantasma»
Imagina que sales a la calle en invierno con un abrigo de plumas de alta calidad, pero con agujeros en las axilas y la cremallera abierta. Tendrás frío, ¿verdad?
Eso es exactamente lo que le pasa a la mayoría de las viviendas tradicionales. Pueden tener muros gruesos o ventanas nuevas, pero si la unión entre ellos no es perfecta, el calor se escapa.
Un puente térmico es esa zona de la envolvente de la casa donde se rompe la continuidad del aislamiento. Suelen ocurrir en:
- Los marcos de las ventanas (especialmente si son de aluminio malo).
- Las esquinas de las paredes.
- Las cajas de persiana tradicionales (un agujero directo a la calle).
- La unión entre el suelo y la fachada.
Las 3 consecuencias de construir mal
Tener puentes térmicos no es solo una cuestión de gastar más en calefacción (que también). Tiene efectos directos en tu calidad de vida:
- Inconfort (Pies fríos): Si las paredes o el suelo están fríos, tu cuerpo pierde calor por radiación hacia ellos, aunque el aire de la habitación esté a 21ºC. Por eso sientes destemple.
- Moho y Salud: Donde hay un puente térmico, hay una superficie fría. Cuando el aire caliente interior toca esa superficie fría, se condensa el agua (como en una lata de refresco en verano). Esa humedad constante crea el caldo de cultivo perfecto para el moho negro en las esquinas, fatal para tus pulmones.
- Facturas disparadas: Estás intentando llenar un cubo que tiene agujeros.
La tecnología de la continuidad: El método Behome
En Behome aplicamos el estándar PassivHaus Premium, que es, en esencia, ponerle a tu casa un abrigo térmico continuo, sin agujeros y con la cremallera cerrada hasta arriba.
¿Cómo logramos el «Confort Absoluto»?
1. Diseño libre de puentes térmicos
Diseñamos cada unión milimétricamente. El aislamiento no se interrumpe nunca. Envolvemos la estructura de madera y paja de forma continua, asegurando que no haya puntos débiles por donde escape la energía.
2. Triple acristalamiento
Las ventanas suelen ser el punto débil de una fachada. Nosotros utilizamos ventanas de altísima eficiencia con triple vidrio y marcos aislantes. Esto permite que puedas sentarte a leer pegado a la ventana en pleno invierno y no sientas frío. El cristal interior se mantiene a temperatura ambiente.
3. La prueba de la hermeticidad
No nos basta con diseñarlo; lo comprobamos. Antes de entregar una casa, realizamos pruebas de presión (Blower Door Test) para certificar que la vivienda es estanca. Esto evita las corrientes de aire indeseadas y garantiza que el sistema de ventilación funcione a la perfección.
Diferencia entre «aislar mucho» y «diseñar bien»
Poner mucho aislamiento no sirve de nada si dejas fugas.
La verdadera calidad constructiva está en los detalles que no se ven a simple vista pero se sienten en la piel. Una casa Behome mantiene una temperatura estable todo el año (entre 20ºC y 25ºC) casi sin aporte de energía externa.
Conclusión: El verdadero lujo es el equilibrio
El lujo consciente no son grifos de oro. El verdadero lujo es caminar descalzo por tu casa en enero sin calcetines gruesos. Es que no haya «habitaciones frías». Es vivir en un espacio donde la temperatura es simplemente perfecta, siempre.
¿Quieres vivir la experiencia del confort absoluto?
En nuestra casa piloto, Casa Francaset, puedes experimentar qué se siente al estar dentro de una vivienda hermética y libre de puentes térmicos. El silencio y la estabilidad térmica te sorprenderán desde el primer minuto.


